23 de junio de 2008

LAS CABRAS BAJARON A TOMAR LOS BAÑOS...





El verano llegó con su manto de luz. Sus ráfagas brillaban y se esparcían sobre los cuerpos. Y su fluido magnetizaba los objetos mostrando unas dimensiones ocultas. Las señoritas se colocaban sus pamelas, para proteger su cutis lechoso. El invierno y la primavera, apenas, habían dado una brizna de color a aquellos pomulos.Entre el latido de una naturaleza esplendorosa crecía un sabia nueva buscando la entrega al nuevo ritmo del sol.

Y sobre su tez se difuminaban las ondas magneticas de una luz diafana y vibrante. Bailaba sobre todo su cuerpo de mujer joven esperanzada de crear los albores de otra vida. Sus ojos negros diluían su mirada hacia esa riqueza que se abría a otras presencias. Y los lagartos anhelaban bañarse entre aquellos soles que tiznaban sus pieles lacertidas. Desde lo alto Echeyde vigilaba que el nuevo ciclo del verano trajese a las cabras a la playa para bañarse y ser cargada de fertilidad en el próxomo ciclo.

La noche de San Juan aparecía entre los murmullos de las olas y las brisas traídas desde lo alto de las cumbres. En esa magia de cielo, tierra y mar unidas por deseos soleados se tejió una urdimbre de sueños y deseos. Atrás quedó el frío del invierno, creció la esperanza con la Primavera y el verano irradiaba la nueva luz de los anhelos y sueños inalcanzados.

Las cabras bajaron a la mar a por sal para abrir su fertilidad ante un nuevo amanecer que irrumpiera con fuerza y cargada de naturaleza viva.

A BENAHUYA

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