22 de junio de 2008

ENTRE LUCES Y SOMBRAS....


Entre la Luna y el Sol se teje un estrecho romance. Ambos se atraen. Se miran de reojo, pero subyace el deseo de reencontrase. Así cada día, cada noche juegan a ese festín de verse, de sentir ese calor que entre ellos se reparten con el efecto cálido de sus miradas. Ha crecido un impulso que les une, que les ata y persiste entre ellos el afán de convivir cada vez más cerca. Y en ese mundo de sueños, que entre ellos ha crecido, ha aparecido un intruso. Alguién que se se ha colado para fastidiarles y robarles el gozo de esa atracción que une, que empata y acrecienta el deseo de seguir apareciendo con sus reflejos cada día, cada noche en el fluir constante de este río.

Y, ese entrometido no ha hecho sino enturbiar sus relaciones, ha incrementado sus dudas y ha contribuido a fragmentar el amor y la armonía. Solo queda la esperanza de que el intruso retome una actitud de respeto y mantenga su espacio para vivir permitiendo que el romance entre Sol y Luna o Luna y Sol perviva y se acreciente. De otra forma, las peleas podrían llevarnos a un desastre colosal. Dejarían de dar morada y esperanza a los invitados a este encuentro con la vida.

Un primo del intruso

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