12 de noviembre de 2008

Entre libros y periódicos...

Por el camino hacia el centro del pueblo marcho sosegado. El sol brilla mientras se eleva lentamente en la mañana. Y por todos lados el trasiego de la vida ajetreada de cada día. En la plaza del Kiosko el ambiente parece calmarse entre el efecto relajante de los jardines y los bancos de madera. Hay corrillos de personas que charlan, otras deambulan en diferentes direcciones, mientras aparecen grupos de extranjeros dirigidos por un paraguas levantado por el guía de turno. Se acercan a puntos significantes del entorno donde siguen las palabras del guía-interprete.

Pero yo sigo mi sendero, mi destino está más allá cruzando hacia las cuatro esquinas rumbo a la Biblioteca municipal. Una antigua casa de La Orotava, donada por el desaparecido Casino al pueblo. Allí se recoge un rico patrimonio biblográfico y una hemeroteca también muy interesante.

La Biblioteca ya está , a esas horas, con bastantes lectores. Me acerco a la prensa diaria para ver como sigue el acontecer por esas tierras de Dios. Y así, hasta pasar un rato. Por la mente me llegan los recuerdos de la antigua Biblioteca, que estaba en los bajos del Ayuntamiento, de los sonidos de la banda de música que allí ensayaba, y a los que los lectores nos habíamos adaptado.

Ahora, el tiempo pasa levemente entre silencios. Pero, a veces, suelo encontrarme a un amigo, fotógrafo, que lée y mira entre las hojas de bellos libros para fortalecer su búsqueda de la Belleza, su amada musa.

El cortado nos espera y salimos tras él a charlar de las novedades en nuestras inquietudes y quehaceres. Entre sorbo y sorbo la plática enriquece nuestro tiempo y nuestras aficiones.

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