30 de diciembre de 2008

La llamada...

Un día más, sentado junto a su mesa y sus libros pasa la tarde junto al paso del tiempo. A veces, llega una visita, otras deja su vista en novelas o en cualquier libro que le acompaña como casi siempre.
Es un final de año que ha pasado entre grandes cambios y noticias. Se siente algo afectado por un continuo catarro que no termina de marcharse, mientras el frío sigue batiendo sus látigos hirientes. De pronto, una llamada por teléfono. Al otro lado un amigo que se ha acordado, aunque sabe que siempre lo hace, para felicitarle y desearle un buen año nuevo. Le agrada escuchar su voz, saber que le recuerda, que aunque no esté aquí presente como quisiera, le siente cerca. Su voz sonaba firme, segura y con calida melodía le ofreció de nuevo su amistad. Una amistad compartida durante tantos años, desde el colegio, desde los momentos de charlas sobre los temas más diversos. Se veían con alguna frecuencia y compartían aficiones literarias y tertulia sobre las cosas que pasaban por aquí y por esos mundos de Dios. Hoy su llamada le ha devuelto con creces una alegría, que ese fastidioso catarro y malestar le quiere arrebatar. Y él, también , le deseó un venturoso año. Sabe que cuando pueda volverán a encontrarse para continuar su eterna tertulia...

No hay comentarios: