29 de diciembre de 2008

Por ahora, no me bajo...¿y tú?

Se cantan noches de paz entre los ladridos de la TV que nos azotan con más muertes y guerras. No paran ni descansan. Nuevos episodios de crimenes y reyertas entre pueblos, entre la gente con la que convivimos estos últimos días de un año que se acaba.
¡Falsa ilusión la de estos días! Nos autoengañamos tal vez para poder sobrevivir en éste espacio loco que nos ha tocado. Parece que no hay otro, ni nunca ha existido alguno mejor. Cada día, cada año tiene su propia carga y siempre está latente la gran contradicción de una existencia llena de contrastes, de vida y muerte, de cambios y retornos que nos llevan a un continuo ciclo. Es así. No nos pongamos tremebundos la vida continúa con sus leyes, sus ritmos, su inexorable ruta. Y en ella siempre hay que dejar grandes espacios para la ilusión, la esperanza y el sueño. Si no fuera así, como decía no sé quién:"Paren que yo me bajo". ¡Lo malo es que corriese el pánico y todos quisiéramos bajarnos a la vez! ¿Eso sería peor o no?

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