20 de enero de 2009

Del Ayer y el Hoy...


Desde los caminos de nuestra tierra se divisa el mar a lo lejos. Mar por todas partes y un cielo reluciente. El hombre canario siempre ligado a la tierra, a la agricultura, vio como desaparecía su modo de vida, como se trasformaba su paisaje, como cambiaba su modelo de desarrollo.
Pasaba a una nueva etapa cantada como el mundo del progreso y de la modernidad. Y todos hemos visto ese tránsito entre la sorpresa, la esperanza y la desilusión. Se nos vendió un progreso ilimitado, un mercado perpetuo que nos haría entrar en el grupo de los países más desarrollados del mundo y donde la justicia social brillaría. Quimera fue, duró un tiempo corto.

Nos hemos dado cuenta de lo que somos, de donde estamos. Y los sueños se rompieron por la avaricia y el mito de la opulencia fácil. Por eso, ésta imagen que he recuperado entre mis fotos del baúl de los momentos idos, nos retrotrae a un mundo que fue no hace mucho, con su dureza y su atraso, pero su grandeza en la relación con el medio, en su integración en la Naturaleza, conviviendo con ella. No es añoranza. El desarrollo de los pueblos es necesario, pero sin perder de vista que somos una parte más de esa Naturaleza y, que si la matamos, nos estamos matando a nosotros mismos...

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