11 de febrero de 2009

El cuadro...

Estaba solo y quiso crear algo para no sentirse tan vacío. Encontró un espacio libre, sin nada, con la mera materia que lo sostenía, un lienzo. Y luego, buscó algunos elementos que le sirvieran como materia base para su sueño creador. Halló una serie de colores básicos, una espátula, varios pinceles y, en su mente unas ansias de hacer y descubrir un mundo nuevo de color.
Y empezó a idear cuál podría ser el tema de su obra. Lo vió como una idea previa que había que materializar. Paso a paso comenzó a bañar de color con una mancha primera, dibujaba las formas y los tonos elementales de su sueño. Y fueron apareciendo sobre aquel espacio, antes vacío, formas, dimensiones y colores que hacían surgir un mundo nuevo. Notó su adelantos, pero siguió percibiendo que no es tan fácil como parece.
En algunos momentos se quedó dubitativo sobre por dónde seguir. Creyó que había perdido el camino para llegar a la idea preconcebida. La distancia entre la idea y lo que él había plasmado era muy larga. Pero existía un parecido, una cierta concreción hecha con sus manos y su inteligencia.
Y, de pronto, quiso pensar como pudo desarrollarse el origen del Cosmos. Y se preguntó:¿Había una idea previa? ¿Qué materias primeras se usaron? ¿Quién o qué puso el color y mezcló los primarios? Pensando en aquella comparación, tomó conciencia de su pequeñez y siguió callado, en su tarea de darle un poco de color al cuadro de su vida...

No hay comentarios: