19 de marzo de 2009

Luna risueña...

La noche crecía entre los latidos de la luna. En la terraza del apartamento, entre copas y aperitivos, una charla veraniega armonizaba el ambiente. Ella se presentó con su traje marrón oscuro entre los contertulios, de forma inesperada, mientras la conversación se atemperaba al ritmo de los licores. De pronto, gritos negros, sonidos irritados rompieron el clima y estalló el miedo, el pánico…

La intrusa corrió de un lado a otro, salvando los obstáculos. Y comenzó una loca cacería. Golpes por aquí y por allá, zapatazos, cholazos, y las escobas que intentaban arrebatarle la vida. La tenían acorralada, pero lograba, continuamente, escabullirse con una habilidad inusitada. Y seguían sonando los golpetazos sobre el suelo, retumbando en el espacio bañado por una luna risueña. Al fin, logró salvarse de la persecución, perdiéndose en un oculto escondrijo.

Un malestar se hizo patente y creció un sentimiento de frustración que intentaron apagar con nuevos sorbos alcohólicos. Las mujeres iban apaciguando sus ataques histéricos. Y todos estaban apesadumbrados, porque no habían podido acabar positivamente su faena. Ni las bombas atómicas serían capaces de poner fin a las cucarachas.

2 comentarios:

LQS dijo...

Pueden sobrevivir un mes sin agua (absorben la humedad ambiental) y luego dicen que los evolucionados somos nosotros... ja.

(el final ... de escándalo)

josé luis dijo...

Es asombrosa la existencia de un bichajo tan fuerte y a la vez tan repugnante...
A cada uno le tocó su suerte.
Leí que en el caso de una catástrofe nuclear, las cucarachas son las que tienen más posibilidades de supervivencia.