Tiempo...

La primavera se está haciendo de rogar. Aparece y desaparece continuamente. Da la impresión que le asusta convivir con los restos del invierno. Por eso, no se muestra del todo y solo asoma algunas de sus dotes. Así, mientras se decide a seguir en su dimensión renovadora no nos queda otra solución que persistir en esta situación de inestabilidad y desequilibrio del clima que se mantiene. Cae la serenada, otras veces el chapuzón, y en otras ocasiones brota el sol con su claridad y calor entrañable. El cielo se presenta nublado o luce con su azul claro o intenso.
Sí, lo que digo está como juguetona esta primavera. Sin embargo, nos ha permitido hacer alguna caminata o bajar a la playa. Allí en la arena negra, tumbado cerca de la sombrilla, la luz y el sol ha n dado sus energías y han hecho recuperar un poco de vitalidad.
Démosle tiempo al tiempo para que se asiente su belleza y su estación en su total plenitud. Hay que saber convivir con los elementos naturales adaptándonos a sus variaciones. Y poco a poco, el resplandor de los días volverá a fortalecer nuestras ilusiones y nuestras ganas de hacer...