14 de septiembre de 2009

La morada del silencio...(II)

Un quinqué se vislumbró por un pasillo cercano. Su luz fluía descubriendo levemente los enseres que recubrían los espacios. Apenas se oía un liviano sonido al rozar unas sedas con el piso frío y blanquecino.

Se acercaba una breve claridad. Él saltó e intentó esconderse. Se agachó y pudo ver a una joven que portaba aquella antorcha. Su rostro níveo, pálido poseía una extraña belleza. Pero aparecía triste y melancólica. Siguió su curso bajo un traje de gaza con ciertos tonos carmesí. Pronto se dio cuenta que eran manchas de sangre, que le salpicaban el atuendo. La frágil figura se alejaba hacia el ala izquierda de aquel caserón.

Permaneció agachado, mientras por su cabeza pasaban varios pensamientos. Por un momento creyó que él había estado allí alguna vez. Le pareció que el rostro de aquella silueta juvenil era de alguien que conocía. No pudo acertar a saber quién era, pero estaba cada vez más seguro de haberla visto antes...

Continuará...

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