5 de marzo de 2010

El distraído...

 
Pasaba el tiempo de clase distraído, perdido entre las musarañas.A veces, se concentraba un poco en los versos de los poetas, pero apenas atendía a los latines, no entendía las matemáticas y, menos, a la física. Su mundo estaba en otras galaxias más cercanas. Por su pensamiento pasaban, sin cesar, las ganas de perderse entre los árboles, correr por las praderas, subir a montañas  entre el aire fresco. O tumbarse  entre las hierbas  de la nueva primavera, bajo el canto de pájaros silvestres y dejando su mirada en el lejano paisaje.
Otras veces se imaginaba en el mundo mágico de aquel fotógrafo de barbas blancas, de caracter amable, a veces cascarrabias, preparando el estudio y los materiales para las personas que vendrían a sacarse los retratos de familia, el carnet de estudio o de conducir. Entre las cámaras escondidas por telas, en medio de los paraguas y de los focos, se creía un colaborador en la transformación de la piedra filosofal. 
Otras veces se sentía como en el Olimpo corriendo tras los balones para encestar en las mismas canastas de las diosas. Cultivaba la gimnasia y la "magnesia." Se imaginaba a caballo persiguiendo a las Ninfas. Se mecía  por el vinoso mar cantado por Homero. Navegaba por lejanas civilizaciones llenas de sorpresas y sueños.
De pronto, un fuerte coscorrón  caía sobre su cabeza y le recordaba  la realidad. Sus compañeros reían el comportamiento absorto de aquel mozalbete que creía que el mundo estaba hecho para otras quimeras. Regresaba a la vida cotidiana, pero al menor descuido se deslizaba, de nuevo, en busca de otros mundos . Esta forma de ser fue una constante en su vida. Aún no la ha perdido del todo. Cree que  esa actitud le salvó de la quema... 

2 comentarios:

@da dijo...

La imaginación que nos arrastra a mundos ideales a veces es muy caprichosa, puede que esos mundos sean inexistentes o que lleguemos a lograr formar parte de ellos...

josé luis dijo...

Nunca se sabe. Pero, a veces vale la pena buscar esos otros mundos ideales...