Se quedó abstraído en un vacío
sin dimensiones, ni sueños.
No pudo regresar al manantial
del que brotaban ilusiones.
Se encerró en su silencio,
mientras la luna
dejaba su llanto
para que regresaran
las golondrinas
con sus aleteos
y pirihuetas.
Entre el humo volátil,
la cabeza cansada
y la imaginación perdida,
esperó la llegada
de un nuevo horizonte.
4 comentarios:
Me recuerda el vacio que sufre una persona cuando su cabeza decide que está cansada, agotada...
Es un poema intenso lleno de significado.
Un abrazo
Me lo sugirió ese dibujo de arriba. Una mirada a esos momentos de cansancio y perdida de la fuentes...
Un abrazo.
A veces los nuevos horizontes no presagian buenas nuevas, JL...
...Y tanto, que a veces suelen traer nuevas tempestades. Hay que seguir buscando...aunque tal vez todo está más cerca de lo que pensamos.
Saludos.
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