18 de mayo de 2010

Baño de Naturaleza...I

                                                                  

Sintió en su boca un amargo sabor como un extraño gusto a hiel que desfiguraba su rostro. Despertó de una noche larga y pesada. Como perdido buscó la ventana, la abrió de par en par y pudo vislumbrar una mañana limpia y clara. La luz le rompía sus pupilas y encandilaba su mente, aún turbia. En su cabeza se mezclaban ráfagas de las imágenes de los sueños pasados y del nuevo amanecer del día. Realmente no estaba seguro si aún vivía una ficción o si pisaba en la tierra de lo cotidiano. Era como un combinado con fragmentos de ambos mundos..

Fue recobrando conciencia de su nuevo estado. Fue tomando conciencia de su nueva realidad y le crecían unas ansias de echarse a la calle y reencontrarse con aquel mundo luminoso y concreto que veía desde su casa; allí las montañas verdosas por los pinos, los campos marrones y verdosos, los cielos azules y aquel volcán que emergía como un gallo gigante lanzando sus crestas hacia las alturas. Para terminar con aquella absurda pesadilla que anoche cruzó por sus sueños, pensó que lo mejor sería darse un baño de Naturaleza.

Y decidió que lo ayudaría una salida al campo, una caminata larga y espaciosa entre árboles, olores a tierra, entre los ladridos de perros o el canto de los pájaros podían revitalizar sus flacas energías y sus maltrechos impulsos. Sí, cogería su cámara para dejar constancia de las bellezas que estaban al alcance de sus objetivos. Así podría ser testigo de esas imágenes hechas de realidades coloristas que llenarían su corazón de renovados sentimientos. Tal vez así recobraría una esperanza para apartar de si aquellos extraños sueños que dejaron su pensamiento enfrascado en malos augurios.

2 comentarios:

LCA dijo...

Tus descripciones siguen siendo pinturas...

Bravo, JL

josé luis dijo...

Espero que aparezcan mezcladas con mejores narraciones...¡Eso es otro cantar!

Un abrazo.