30 de junio de 2010

Otras Breverías...

El horizonte llena el mar de reflejos del hoy, del ayer y del mañana.

Vivir sin convivir es morir.

Dicen que alguién dijo:" Solo sé que no sé nada"
Otro dijo:" Solo sé que nada soy"
Otro dijo:"Nada sé y nada soy"
y otro más dijo:" Nada soy y a la nada voy"
Y yo digo:" Soy, pero soy nada, eso sé, eso soy"

23 de junio de 2010

Breverías...del camino.

Los obstáculos en el camino son como la sal en el mar.


Miré al horizonte y supe que desde allí partía el inicio de mi camino.


¡Cuántos encuentros en el camino solo fueron desencuentros!


A mitad del camino no sabes si andas o desandas.


A veces tú eliges el camino, otras el camino te elige a tí.

18 de junio de 2010

Desde la ceguera...

In memoriam                         a Saramago         desde mi ceguera

Caminé entre sombras
y me convertí en una de ellas,
que no hablaba, que apenas veía
en ese oscuro mundo.

Caminé sin rozar
con la evidencia de ese sueño,
sin sentir la extraña presencia de su sones,
no vislumbré sino un vacío
tras la ceguera de mi rostro.

Y entre los ojos apagados
nació una nueva luz que iluminaba
el camino,
un sendero abierto entre tormentas
al son de mil relampagos que surgieron de otros cielos
y caminé entre las sombras
en busca de otros fuegos.

Desde la oscura caverna del abismo
emergió un sinsabor de noches quejumbrosas,
y entre el hastío sin lunas
brotaron nuevos ojos que amamantaron la sed
de otras fronteras.

Y la ceguera encendió otras luces
a pesar de la incompresión de esta ceguera.

14 de junio de 2010

De Romería


Cantos,
guitarras,
tambores, timples,
folías y malagueñas,
romeros cruzando el camino abierto
hacia la ermita.
Recorrido lleno de sones,
 sol luminoso
hacia  otro mañana.

Suenan castañuelas,
ajijides , voces alegres
que vuelan e inundan el espacio
de vida y canto. 

Fiesta entre  coplas,
vino que mana y corre entre folías.
Colorido que baña  el ambiente
entre aromas de gofio y queso,
de papas y conejo en salmorejo,
y las carretas que viajan
al compás
de un nuevo día.
¡Viva San Isidro! ¡Viva!

9 de junio de 2010

La música interior...

Encontré una lectura que hablaba de la "música interior". Me gustó esa expresión. No sé de donde habrán sacado esa teoría, pero suena bien, no la música sino la expresión mas no entiendo bien qué quieren decir con ella. Dicen que para escribir se debe uno dejar llevar  por esa musicalidad personal que anida en cada  cual. Pero si no sé lo que es, ni la escucho y no la entiendo cómo puedo utilizarla y expresarla. No sé pero aquí hay mucho teórico que quiere vivir del cuento. No sé cómo se escucha esa hipotética música . Me da que pensar si hay que recurrir a un fonendo, a hipnosis, a psicoanálisis o no sé a qué recursos, pero yo sigo sin oírla. De todas formas si todos llevamos una música personal, se me ocurre pensar cómo podríamos formar juntos una buena orquesta si no sabemos qué tal suena cada una y cómo armonizarlas. En fin, aquí se me presenta un interesante problema.
Y si se refiriese a cómo es el mundo interior de cada uno, qué ritmo llevamos, cómo vemos las cosas individualmente, qué interpretación le damos a este mundo y a todo lo que lo integra. ¿Será eso? ¿Y cómo me entero yo si es así o no? Creo que de esta forma no llegaré a ninguna parte. Todo me parece más oscuro. ¡Y si ese fuera el sentido, y sin querer a lo largo de este episodio yo estuviera tocando mi canción y expresando mi música interior! La verdad que no entiendo nada. O acaso se refiere al tipo de música o de marcha que le va a cada cual. Sigo sin saberlo, aunque tal vez debería mantenerme callado, tumbarme en silencio, cerrarme los ojos e intentar escuchar qué resuena en mi interior. No sé si será un ritmo de Cha-Cha-Cha, de Rock, o clásico. Intentaré averiguarlo, pero no sé si me dormiré en el empeño. Ya veremos.

4 de junio de 2010

La vieja gorra...


                                          
No supo encontrar en aquella habitación oscura y bañada en naftalinas el viejo gorro de campaña, que cuando la Guerra de Cuba infló su corazón de ansias de libertades frente a los colonialismos imperiales venidos a menos, no supo encontrarla junto a las oxidadas armaduras de los antepasados que invadieron tantos territorios vitoreando a Santiago y cierra España, ni supo verlo entre las espadas toledanas que se compró hace tanto tiempo para aprender a blandirlas con destreza, no supo descubrirla entre los tirachinas con los que se divertía en sus aventuras en equipo a la caza de tantas especies voladoras o de las que se arrastran en cuatro patas y con  larga cola, en tiempos que matar bichos era toda una hazaña y divertimento, no un crimen ni un delito. Siguió en la espesura de tantos arritrancos del pasado pero no logró hacerse con aquel viejo gorro que tanto le salvó de los soles tropicales y de la voracidad de los mosquitos guerreros, que le acribillaron de noche y de día menos en su cabeza protegida, y no supo encontrar el viejo gorro, pero  logró recordar en la penumbra unos reflejos del pasado escrito con armas, siempre con armas de las que dejan huellas, y a veces, hasta las desaparecen de la historia. Y de repente, en esa búsqueda ansiosa halló y vio ante sí su propia mano,  aquella mano que siempre manejaba los artilugios de guerra y que era en sí misma la primera arma letal que usó para hacer desaparecer a hormigas,  mosquitos y toda especie que se movía que le molestaba o entorpecía  su camino o sus sueños…. Al fin, entre los recuerdos apareció un pasamontañas perdido entre las malezas del cajón, a su lado el viejo gorro de campaña, mugriento y vacío de sueños,  lo miró con alegría, lo colocó en su testa con destreza y retornó a la calle a lanzarse a nuevas hazañas, hazañas de todos los tiempos,  desde aquellos primeros  tiempos de la vida.