A través del televisor seguíamos paso a paso la posible llegada de un nuevo nacimiento. Todo el mundo estaba pendiente de los sintomas que daba la Naturaleza parturienta. Todo parecía a punto para ver pronto al retoño. Se acercaba lentamente. Era una crónica de una nueva vida que aparecía desde las entrañas profundas. El tiempo trascurría dando paso a una espera cargada de incertidumbres. Y desde aquel mar de calmas, el despertar de un nuevo volcán, aparecía vislumbrarse, ante nuestra atónitas miradas.
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