Había terminado los primeros ejercicios de talla. Sobre trozos de madera de cedro aparecían temas vegetales y decorativos. Los iba dejando arrimados en el estante de la esquina de aquel cuarto oloroso a maderas nobles. No tenían más interes que el ser producto de un trabajo de aprendizaje con las gubias y buriles al ritmpo impuesto por los sones del mazo. Pero pensó que podrían tener alguna utilidad más y mientras escribía en unas cuartillas, le vino la idea de reutilizar aquellos trozos labrados y construir algo nuevo. Comenzó a esbozar bocetos de cajas muy pequeñas y decoradas con aquellos trabajos artesanales . Creyó encontrar uno elegante, vistoso, aunque tal vez demasiado recargado con tanta decoración, pero apropiado para mantener presente sus primeros pinitos. Buscó las medidas apropiadas, rediseñó su boceto y se imaginó como aquellas piezas talladas volvían a tener otra finalidad. Esta vez guardaría en ella unos recuerdos: una orquidea, un dibujo de la parisina, unas siglas...unas palabras amables, y multitud de comentarios que le estimularon a seguir con ilusión los días, llenos de horas y minutos, cargados de sueños y de esperanzas. Se lo comentó a su maestro, le presentó su proyecto, pero al ver la expresión de su rostro supo que era imposible...
29 de marzo de 2011
28 de marzo de 2011
Un arcón...
Lo vimos afanado con su gubia y su mazo. No paraba de dar pequeños golpes precisos sobre la madera que manipulaba. Los mazasos retumbaban en aquel taller donde seguía pasando el tiempo entre quehaceres manuales. Los olores del cedro aromatizaban el ambiente. Tenía bastante adelantada su tarea de bella ejecución y se veían sobre el banco de trabajo diferentes relieves tallados con gusto y arte. Pero no se intuía claramente cual era su finalidad y por ello, con cierto atrevimiento, le preguntaron qué pretendía, si era para un arcón, para una gaveta, o para qué. Torció su cabeza, movió levemente su mostacho y mirándonos fijamente exclamó: " Haré un arcón para guardar las cenizas". Nos quedamos perplejos. La verdad no sabiamos que era tan fanatico del tabaco.
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