26 de octubre de 2011

De Valéry

 Ayer me encontré con un libro de Paul Valéry "Corona &Coronilla" 
poemas dedicados a Jean Voiler, seudónimo  con el que escribía Jeanne Loviton.
Versión española de Jesús Munárriz, en poesía Hiperión.
Allí pude leer una rica variedad de poemas amorosos. Me agradó, en especial,
este fragmento de su poema:

ALLÁ, EN EL  CREPÚSCULO
.......................................................................
... en esta hora que muere en un sauce que tiembla,
en que se ama en silencio y como ya en recuerdo,
tanto el amor se hace alma y la carne se hace sombra,
mas sombra palpitante, ebria por sostener
un instante infinito, delicioso y sombrío
momento de diamante que vale días innúmeros
y nos muestra el presagio de nuestra inmensidad,
entonces, apretando nuestras manos unidas sobre tus rodillas
sabemos que sus fuerzas se responden en nuestros corazones
y dejamos subir nuestros más dulces peldaños
por la necesidad suprema de fundirnos...

                                                      26 de julio de 1943






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22 de octubre de 2011

De reojo...


Miraba, de reojo, como la realidad se transformaba día a día. Los nuevos acontecimientos
le dejaban más perplejo, extrañado y escéptico. Todo parecía seguir su ritmo natural, aunque 
percibía unas raras sensaciones
al contemplar el fluir de la vida. 
Se insinuaba la presencia de una  fuerza que  imantaba y predeterminaba el sendero.

18 de octubre de 2011

Zzzz...zzz...

No logró despertar de aquel sueño. Por eso, seguía dormido o haciéndose el muerto.

17 de octubre de 2011

Hondos...

Desde lo profundo suelen salir los hondos sentimientos y los magmas que, a veces, arrojamos.

16 de octubre de 2011

En directo

A través del televisor seguíamos paso a paso la posible llegada de un nuevo nacimiento. Todo el mundo estaba pendiente de los sintomas que daba la Naturaleza parturienta. Todo parecía a punto para ver pronto al retoño. Se acercaba lentamente. Era una crónica de una nueva vida que aparecía desde las entrañas profundas. El tiempo trascurría dando paso a una espera cargada de incertidumbres. Y desde aquel mar de calmas, el despertar de un nuevo volcán, aparecía  vislumbrarse,  ante nuestra atónitas miradas.

12 de octubre de 2011

Pequeña...

Allí estaba en el cuarto semi oscuro. Sus articulaciones se volvían lentas, torpes. No obedecían, como antes, a las órdenes del cerebro. Parecía que algún mal se apoderaba ,lentamente, de ella. Se la notaba más pesada, y menos dúctil.  Desde hacía algún tiempo mostraba una actitud hostil. Y eso que el mundo seguía enseñandole maravillas, plagadas de colores, de armonía, entre aquel marasmo de luchas y diatribas.Ya no reaccionaba ágil, diligente, sino como si se hubiese interpuesto un extraño malestar, un duro cansancio y un mal destino.
Pronto, su energía  no llegaba fluida y ligera. No respondía a sus estimulos, porque había fallado su sistema de riego.  Indicaba ciertos presagios oscuros. Tal vez, todo era una predeterminación impuesta desde el momento de ver la luz. Tal vez, como todos, tendría una fecha de caducidad, un momento para el retiro, quisiese o no. Había llegado el momento en que fallaba continuamente y se preveía un agónico desenlace.
Ella que había crecido entre largos  paseos, que había  viajado por espacios tan diferentes, por  tantos Continentes. Ahora, languidecía. Se mostraba lenta, temerosa de no poder continuar en su tarea. Notaba que él se resistía a perderla. Sabía que le hacía falta, pero se daba cuenta que  él la quería, que la echaría mucho de menos, aunque siempre pudiese conseguir a otra más nueva,  más moderna, pero ya nada sería igual. Poco tiempo después, aquella pequeña Olympus quedaría inutil entre sus dedos.