2 de enero de 2011

De reojo

No sabía por qué motivos estaba siempre mirando de reojo. Con su caracter dicharachero, platicaba aquí y allá con cierto desparpajo. Se la veía muy bien dispuesta para andar por este mundo lleno de tantas martingalas. Tenía y tiene un espíritu ilustrado que desde sus luces encontraba aquí y allá motivos para sus diatribas. Su "talante" no tenía nada que ver con ese otro tan cacareado, puesto de moda y en solfa en estos tiempos de mediastintas. Lo cierto es que le encantaba requetemirarse en el espejo, mas no era por exceso de coquetería- creo pensar- sino porque mirandose a sí misma comprendía al ser humano en su integridad, con sus activos y pasivos, dicho con lenguaje de finanzas y de mirar balances de todo tipo. En fin, aunque no asomase la cara se la podría reconocer por sus batallas y dominio de la dialéctica con asombrosa maestría. Era y es todo una mujer con estilo, con su peculiar estilo.

2 comentarios:

LQS dijo...

¿Por qué miraba de reojo? ¿Quizá era tuerta y no quería que se supiese o le podía la tímidez?

Es la esfinge? Es la continuación del anterior?

Gárgola dijo...

Mujeres y hombres con estilo son peligrosos... principalmente si son peculiares, jajaja
¿Qué pasará?

besos