Miraba, de reojo, como la realidad se transformaba día a día. Los nuevos acontecimientos
le dejaban más perplejo, extrañado y escéptico. Todo parecía seguir su ritmo natural, aunque
percibía unas raras sensaciones
al contemplar el fluir de la vida.
Se insinuaba la presencia de una fuerza que imantaba y predeterminaba el sendero.
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