Con granos de tiempo se fue construyendo el reloj de arena. Mostró su forma y bello ejemplo con silueta simétrica en todas direcciones. Y la caída inexorable del grano marcó a todos los que miramos el papel de la gravedad de los cuerpos. Diariamente, sin parar, los pequeños frágmentos corrían en su caída y retornaban a un nuevo tiempo. Todo fluía entre el atento espectador de todos los tiempos. Hasta que el mismo reloj de arena se rompió y todas las partículas de tiempo que lo componían fueron engullidas entre el agujero negro ...en el que todo se convirtió en intemporal.
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