La intrusa corrió de un lado a otro, salvando los obstáculos. Y comenzó una loca cacería. Golpes por aquí y por allá, zapatazos, cholazos, y las escobas que intentaban arrebatarle la vida. La tenían acorralada, pero lograba, continuamente, escabullirse con una habilidad inusitada. Y seguían sonando los golpetazos sobre el suelo, retumbando en el espacio bañado por una luna risueña. Al fin, logró salvarse de la persecución, perdiéndose en un oculto escondrijo.
Un malestar se hizo patente y creció un sentimiento de frustración que intentaron apagar con nuevos sorbos alcohólicos. Las mujeres iban apaciguando sus ataques histéricos. Y todos estaban apesadumbrados, porque no habían podido acabar positivamente su faena. Ni las bombas atómicas serían capaces de poner fin a las cucarachas.
2 comentarios:
Pueden sobrevivir un mes sin agua (absorben la humedad ambiental) y luego dicen que los evolucionados somos nosotros... ja.
(el final ... de escándalo)
Es asombrosa la existencia de un bichajo tan fuerte y a la vez tan repugnante...
A cada uno le tocó su suerte.
Leí que en el caso de una catástrofe nuclear, las cucarachas son las que tienen más posibilidades de supervivencia.
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